Su estrategia se enmarca en la llamada Ruta Marítima de la Seda. Beijing necesita de las vías navegables para abastecerse y mantener su desarrollo productivo.
China acelera la estrategia por ampliar su influencia en América Latina a través de proyectos estratégicos en distintos sectores. Infraestructura, telecomunicaciones, rutas, puentes y litio son algunos de ellos. Pero Beijing también tiene otra prioridad: el control de los mares y océanos en el marco de la llamada Ruta Marítima de la Seda.
Es en este contexto que el gigante asiático quiere desembarcar en el sur de la Argentina para construir un puerto en Tierra del Fuego. Tal como publicó TN,hay un primer entendimiento entre una empresa china y la provincia firmado en agosto del año pasado y rubricado por el gobernador Gustavo Melella en diciembre.
El ministro de Economía mantiene encuentros con empresas y bancos del gigante asiático que tienen intereses en distintos sectores de la Argentina. El ministro de Economía Sergio Massa inició su actividad en China con una serie de reuniones con grupos empresarios con inversiones en la Argentina...
El lunes 5 de junio el proyecto fue remitido a la legislatura provincial, donde el oficialismo tiene mayoría. En el memorándum se constata la intención de Shaanxi Chemical Group de construir “una terminal portuaria multipropósito con recinto interno” y el desarrollo de un proyecto para producir casi una tonelada de químicos –amoníaco sintético, urea y glifosato-.
Si bien no está escrito en el entendimiento que se hizo público en las últimas horas, desde la provincia aseguran que China busca construir un puerto en la ciudad de Río Grande, una demanda histórica en Tierra del Fuego. Pero detrás de lo comercial se esconden distintos factores por los que Beijing está tan interesado en poner un pie en la Patagonia argentina.
Consultados por TN, distintos analistas, diplomáticos y especialistas en geopolítica coincidieron en su lectura: China quiere, y necesita, aumentar su presencia en el sur de América Latina. La Argentina tiene una ventaja estratégica por su proyección directa a la Antártida, la cercanía continental con las Islas Malvinas y el control del paso entre el océano Atlántico y Pacífico.
La intención de China de desembarcar en la Patagonia argentina se enmarca en la estrategia del gigante asiático por ganar influencia y presencia en distintos puertos del mundo. “Es por su propia supervivencia, no existe discusión en China de que es una prioridad tener mayor influencia en mares y oceános”, le explicó a TN Fernando Pedrosa, director del grupo de Estudios de Asia y América Latina de la UBA.
La justificación de esta estrategia puede leerse en una clave bien sencilla: “China es un país que no produce todo lo que consume y la gran mayoría de las cosas que son vitales para el funcionamiento del país le llega por comercio marítimo, como aquello que le vende la Argentina”, ejemplifica Pedrosa en diálogo para este artículo, para luego agregar: “En este sentido, el control de los mares es un tema de supervivencia, porque si alguien le bloquea un paso, no recibirían lo mínimo necesario para subsistir”.
“América Latina pasó a ser una prioridad para China, sobre todo después de haber conquistado parcelas de poder, primero, en su área de influencia en el sudeste asiático y, posteriormente, en África, donde logró tener un papel preponderante sobre todo en temas de comercio, inversión y financiación de materias primas”, detalló en diálogo con este medio Eduardo Puig de la Bellacasa. responsable internacional del centro de pensamiento CEU-CEFAS para America.
Desde este think tank publicaron en las últimas semanas un informe que analiza en profundidad, justamente, el avance chino en la región. Se llama “la influencia de China en Iberoamérica” y fue presentado por sus autores tanto en la Argentina, Estados Unidos y otros países de América Latina. En él enumeran los múltiples proyectos que Beijing viene llevando adelante en las últimas décadas para pisar con más fuerza ante el retroceso de Washington y de la Unión Europea.
Son estos últimos dos actores quienes se manifiestan más preocupados por el incesante avance de China. ¿Es tarde para revertir esta situación? “Yo creo que no es tarde, todavía hay tiempo para llevar adelante distintas políticas y eso es lo que harán Estados Unidos y Europa”, señala el especialista Eduardo Puig. La batalla silenciosa está lanzada y el tiempo transcurrirá hasta saber el resultado.